Al tomar todos los días la misma ruta, ya tienes tu viaje al trabajo bien definido. Sabes exactamente qué lado del metro se abrirá para que puedas salir o a qué hora de la mañana tienes que salir para no quedar atrapado en el tráfico.
Casi todos los días son idénticos, tanto es así que apenas varía entre un viaje y otro.
Pero solo se necesita una conversación inesperada con un extraño o tu canción favorita en la radio del automóvil para que puedas comenzar el día con una sonrisa.